Ana se quedó tirada en Nicaragua.
Al intentar salir del país, el gobierno nicaragüense le avisó de que las fronteras estaban cerradas y los vuelos internacionales suspendidos. Ana trató de ser ingeniosa, intentando acceder a medios de transporte alternativos al avión -terrestres, marítimos y fluviales-, pero todos estaban cerrados. Ana, acompañada por sus dos padres, a los que cuida a tiempo completo, intentó ponerse en contacto con las autoridades locales e incluso con la embajada estadounidense con la esperanza de regresar a Estados Unidos.
A partir de marzo de 2020 y a lo largo de muchos meses, Ana llamó y recordó líneas telefónicas ocupadas y sistemas gubernamentales sobrecargados mientras intentaba gestionar su regreso a casa. Estar a 3.123 millas de casa y acompañada por dos personas mayores consideradas de alto riesgo de contraer COVID se convirtió en una situación complicada.
Ana también estaba considerada de alto riesgo debido a la diabetes y la hipertensión, lo que la presionaba aún más para encontrar soluciones tanto para ella como para sus padres. Pero con los continuos cierres de fronteras, las diversas órdenes de permanencia en casa de Estados Unidos y el miedo perpetuo al COVID-19 en aumento, Ana se sentía abrumada. Ana decidió llamar a Neighborhood : necesitaba recursos y los necesitaba rápidamente.
Gracias a las visitas internacionales de telesalud, Ana pudo recibir los medicamentos que necesitaba mientras estaba aislada en Nicaragua. Neighborhood Sanidad siguió coordinando y colaborando con nuestros servicios de farmacia interna y proveedores de especialidades, asegurándose de que los familiares de Ana pudieran obtener diversos medicamentos. La familia, ubicada en Estados Unidos, los enviaría a Nicaragua. Mientras estaba en Nicaragua, Ana dijo: "No podía ir a la tienda, y mucho menos a la farmacia local, en la ciudad nicaragüense más cercana porque la pandemia era demasiado contagiosa. Neighborhood fue capaz de coordinar mi atención a miles de kilómetros de distancia e incluso capaz de sugerir alimentos que podría comprar localmente para ayudarme a mantener mis niveles de azúcar y mantenerme sana" y continuó, "las visitas de telesalud fueron lo único que me ayudó. Necesitaba un contacto constante con mi proveedor porque había mucha incertidumbre a mi alrededor, quería que me tranquilizaran y me dieran recursos sobre lo que podía hacer por mi salud aunque no estuviera físicamente en Estados Unidos".
Más tarde, Ana tuvo acceso a citas de telesalud conductual además de su atención primaria. Ocho meses más tarde, en noviembre de 2020, dimos la bienvenida a Ana de vuelta a los Estados Unidos. A la semana de regresar a su casa en Menifee, pudo reanudar las visitas en persona en Neighborhood's Menifee Clinic. Y por primera vez en casi un año, por fin pudo decir "gracias" a los proveedores en persona.
Ocho meses después, en noviembre de 2020, dimos la bienvenida a Ana de vuelta a Estados Unidos. Una semana después de regresar a su casa en Menifee, pudo reanudar las visitas en persona en la clínica de Menifee de Neighborhood. Y, por primera vez en casi un año, por fin pudo decir "gracias" a los proveedores en persona.